NADIE ES LO QUE PARECE, O SOLO UNOS POCOS
Cuantas veces, desgraciadamente, después de creer conocer a alguien, nos sorprendemos nosotros mismos porque vemos que no es aquella persona que pensábamos que era. En el mundo de los negocios, sobre todo, ha llegado un momento donde la palabra confianza es tan grande, que la puedes tener con muy pocos. Siempre has de estar pendiente y alerta porque, desafortunadamente, hay muy poca gente que es quien dice ser. Amigos, hay pocos, y es complicado encontrar a gente fiel, en un mundo lleno de egos; aunque no es imposible. Es verdad que últimamente el mundo anda revolucionado en todos los sentidos, y como no, el literario, por pequeño que sea, no se queda corto, pero desde mi punto de vista, uno debe conservar su esencia, a pesar de que esté en medio de la selva. Está claro que para sobrevivir, debemos protegernos, no somos tontos, aunque podamos parecerlo. Pero a veces creo que si uno conserva sus ideales y valores, protegiéndose sin dañar al prójimo, solo sabiendo cómo defenderte para que no te hagan daño, al final tienes lo que quieres, que para mí, es dormir tranquila y vivir feliz con los míos.
Sin embargo, como cuenta Albert Villaró en su última novela LA BIBLIA ANDORRANA, publicada por Columna y ganadora del Premi Prudenci Bertrana no es fácil a veces actuar siempre con rigor, y al final se pueden perder los escrúpulos, como le pasa al inspector Boix en esta nueva entrega situada en Andorra, que es escenario de una sorda batalla entre servicios de inteligencia rivales, o quizás no tan rivales, que compran, venden, o roban información sensible. La supervivencia del principado de Andorra cuelga de un hilo, sin quererlo ni beberlo, nadie es quien dice ser, como en la vida misma, y Boix tendrá que viajar a Madrid, investigar en profundidad mucho papeleo antiguo, y por primera vez, y sin convencimiento, actuar sin escrúpulos ni contemplaciones.
Una novela trepidante que refleja la realidad de hoy de manera abierta y donde el lector será quien deberá buscar la frontera entre ficción y realidad.
¿Te atreves con este reto?
“No permitiré injusticias, ni juego sucio, pero si se pilla a alguien practicando la corrupción sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared… ¡Y daremos la orden de disparar!” Groucho Marx
Cuando una novela juega con la posible realidad y la ficción, activa ese sentido del lector que te lleva a leer y leer y luego pensar. Una interesante reflexión en los tiempos actuales.
Saludos