MEMÒRIA DEL TRAÏDOR
En los guetos de Varsovia, Lodz Vílnius o Crocávia, había unas judias nombradas por las autoridades alemanas. Sus funciones eran mantener en un orden y bajo control la vida del gueto. El presidente del Judenrat de la inexistente pero probable ciudad Bielorusa de Jenovice va ser Saül Steiberg. Alrededor de esta figura ambigua, situada a medio camino entre la traición y el heroismo, Vicenç Villatoro se sumerge en la pesadilla de el holocausto, combinando elementos de la novela y del reportage, incorporando a la ficción un mosaico de voces tan diversas como las de Hannah Arendt, Albert Cohen, Salvador Espriu o Primo Levi.