La Roja
Hoy se vive un sentimiento de unidad a través, de nuevo, del fútbol. Juega la Roja y la mayoría de gente la apoya, vibra por ganar, ahora que tenemos una selección más plural, quizás desde mi modo de ver más cercana. Ver gente de diferentes sexos y edades unidos por algo, pienso que es extraordinario. Es la parte más positiva del fútbol y que deberíamos intentar trasladarlo a otros ámbitos de la sociedad. Jugadores que normalmente son rivales, se unen para luchar juntos por un objetivo, y ese sentimiento es el que deberíamos destacar. Ser capaces de compartir, de unirnos para ser mejores. En este caso los mejores del mundo en el campo deportivo, pero deberíamos saber unirnos para luchar por un mundo mejor, con menos injusticias, más coherente, más humano, y dicho sea de paso, que el gobierno invirtiera igual o más por “ganar” en estas cosas. Muchos deportistas conocidos ayudan económicamente a ONGs o destinan dinero a alguna causa solidaria, cosa loable con las cantidades que ellos barajan, pero también hay muchos escritores que intentan hacer lo mismo con libros, y la lástima es que las cantidades son mucho menores, que no tienen apoyos institucionales y que para que los compradores se enteren que el libro se destina para una buena finalidad, se necesita una campaña de marketing que ya cuesta un dineral y por lo tanto el lector acaba por no enterarse y no apostar por estos libros o cuentos cuyos derechos de autor son por una buena causa. Yo destacaría LA CIUTAT DELS SOMRIURES de Martí Gironell que ayuda a países pobres como la India, TU TAMBÉ POTS de Anna Llauradó que fomenta en los niños la manera de ahorrar para ayudar a los demás, o TIMING de Jil Van Eyle que explica su experiencia creando un sistema de “microdonaciones” que si se pusiera en práctica en diferentes empresas podríamos quizás obtener muchos más beneficios de los que podríamos calcular. Estos libros deberían ser destacados, tener siempre un lugar en las librerías y que el lector pudiera saber que comprando ese libro, ayuda de una manera u otra a los demás. Sin embargo para hacer campañas, se necesita dinero, como el que ganarán nuestros futbolistas si ganan el mundial. Bueno, con mucho menos seríamos capaces de empapelar el mundo para una campaña cultural para las buenas causas, pero para eso parece que hay crisis, y de la gorda. El fútbol es más mediático que los libros, eso es obvio, pero si desde el fútbol podemos empezar a reflexionar, hagámoslo por favor.