Nostalgia
Esta semana se han puesto en contacto conmigo algunas compañeras del colegio y la verdad es que me ha hecho ilusión porque es con gente que compartes muchas cosas durante un período de tiempo y después, la mayoría, desaparecen de tu vida. Volver a saber de ellos es bonito y a mí me ha provocado parar aunque sea un ratito y recordar aquellos momentos que cuando eres pequeño son tan importantes, como las fiestas de cumpleaños, las confesiones a tu mejor amiga en el recreo, los nervios antes de un examen, siempre compartidos con los compañeros. Para mí es una época dónde la amistad es la base de todo, y mis recuerdos son siempre ligados a estas amigas, a las confidencias, a las largas charlas de teléfono después de haber pasado el día juntas, y ahora mirando atrás pienso que no me gustaría volver a tener 16 años, pero sí a tener la oportunidad de sabiendo lo que sé, vivir esos momentos de nuevo, ya que lo haría de otra manera. Supongo que es un deseo que muchos querrían, pero es sólo eso un DESEO y por lo tanto lo único que se me ocurre, es recomendarle a mi hijo, de ya casi seis años, que disfrute de cada momento, incluso de aquellos que le parezcan malos, porque el tiempo vuela y cada instante es importante y la nostalgia te invade cuando, como yo ayer, recordaba mis días de cole entre pipas Churruca y Sugus de sabor auténtico.
La novela que al leerla me ha hecho ir más despacio, recordar a través de la música, ha sido LA PRIMERA PRÀCTICA de Albert Villaró que Columna ha publicado y que no puedo dejar de recomendarla.