LA NOSTALGIA DE UNA CIUDAD Y DE LAS PERSONAS
Si una ciudad es nostálgica por ella misma, según mi opinión, esa es Lisboa. Una ciudad con tranvías y en la que se respira un aire especial, diferente. Hay pocas ciudades que no transmitan nada y en el caso de Lisboa sé de mucha gente que sabe respirar esa nostalgia y disfrutarla. Esto mismo pasa con las personas y, cada vez más, podemos intuir a quién tienes delante y los sentimientos que desprende. Desafortunadamente vivimos rodeados de mucha gente que no es que no te diga nada, sino que desprenden energía negativa, y además son capaces de transmitirla, por eso cada vez intento rodearme de más gente que tienda a ser positiva, que viva la vida desde una perspectiva optimista, y escudarme de actitudes agrias que no llevan a nada, porque es muy fácil quejarse sin movilizarse. Yo soy de las que pienso que si no haces nada para conseguir tus objetivos, no puedes después mostrar queja alguna. Sin embargo, también es importante que los objetivos que cada uno quiera obtener sean realistas, ya que si no lo son siempre nos sentiremos frustrados por no haber llegado hasta dónde nuestra cabeza ha ideado. Es mucho mejor ponerse metas alcanzables y al alcanzarlas, ponerse otras, porque así todo parece más sencillo, y podemos sentirnos más positivos. Lisboa es una ciudad nostálgica, pero no triste y su gente, siempre amable, la hace positiva aunque aparentemente pueda dar la sensación contraria.
¿Podemos conseguir lo mismo con las personas?
Hoy quiero recomendar la novela de Lluís Busquets, LA ALBADA A LISBOA publicada por Ara Llibres en su colección Alisis. Una historia de intriga en Lisboa con el telón de fondo de la revolución de los claveles que de aquí muy poco cumplirá su 30 aniversario. Novela muy recomendable para el verano, que se lee de un tirón y que a los amantes de Lisboa les encantará, igual que a los que disfruten con la novela de misterio con toque histórico. ¡A por ella!