NO DEIXIS MAI DE MIRAR EL CEL
Barcelona, otoño de 2015. Aparece, en un banco de la plaza Adrià, el cadáver de una mujer, Imma Esparza. La investigación la hará un singular detective de los Mossos d’ Escuadra que se comporta como si fuera un clásico de los libros o de las películas del género y que está obsesionado por encontrar un caso que consagre su carrera. También hay una secretaria judicial, Ester, que tiene la capacidad de hablar con los muertos en el último aliento de vida. El cadáver tiene una nota escrita en la boca: «no dejes de mirar al cielo«, y la tarjeta de una agencia matrimonial: Nirvana.
Nadie puede ser libre si no es antes dueño de sí mismo