Blog de Bruno

Ya se han iluminado las calles con las luces de Navidad. El pasado fin de semana había de ser un fin de semana de compras, de aprovechar las ofertas del Black Friday, es decir, el inicio de la campaña navideña, la cual va a ser diferente, lo queramos o no. Salí a intentar impregnarme de ese espíritu que todos los años me anima, me cosquillea el estómago y me hace sentir feliz, pero no lo conseguí. Andando por las calles iluminadas, con gente sin sonrisa, no era capaz de sentir el espíritu de la Navidad. Esas luces que siempre me animaban, ahora se veían en blanco y negro, como si me fuera imposible salir de un bucle lleno de niebla en el que llevo anclada desde el 13 de marzo, intentando sacar la cabeza de vez en cuando. ¿Me había convertido de repente en Mr. Scrooge? El Cuento de Navidad de Dickens siempre ha sido uno de mis favoritos, y nunca podía entender que a alguien no le gustara la Navidad, y ayudar a los demás, regalar y compartir. Sin embargo, este 2020 está siendo un año duro para el mundo entero, un año que nos hace luchar para estar vivos, en todos los sentidos, primero para no caer enfermos, y segundo para que no se nos muera el alma y el corazón. Me da la sensación de que no hay tiempo para pensar en la felicidad y que estamos sobreviviendo, no viviendo.
 
A mí lo que más me cuesta es mantener el corazón palpitando por emociones que no puedo expresar y el alma activa para que no se convierta en un alma gris como la de Mr. Scooge, pero en otro sentido, dado que él era un avaro egoísta, a quien los fantasmas del pasado, presente y futuro le abrieron los ojos para que tuviera la oportunidad de cambiar, pero este virus maldito, que lucha para arrebatarnos las emociones,  me está dejando sin aliento y sin ganas, convirtiéndome en una persona que no reconozco, más triste, y aunque vengan los fantasmas a rescatarme para intentar hacerme entender que lo más importante es el presente, que lo pasado ya ha pasado y que el futuro es incierto e incontrolable, esa falta de sentimiento, de acercamiento y de cariño con los demás, me está pasando factura. Ahora sé que mis vitaminas para afrontar el mundo con alegría son el amor, el cariño, y el poder expresarlo a quien más quiero. Por esta razón, en este blog os voy a recomendar los libros que me han ayudado y que me están ayudando en esos momentos donde la vida se ha convertido en una película en blanco y negro.
 
LA LIBERTAD INTEIROR de Gaspar Hernández y LA SIETE LLAVES de Álex Rovira y Fernando Trias de Bes, que tratan un mismo tema desde diferentes primas, LA LIBERTAD. Gaspar nos explica cómo encontrar LA LIBERTAD INTERIOR y que sólo así podremos ser felices, y Àlex nos explica los siete pasos importantes para conseguir la libertad vital, que no deja ser el mismo concepto, y por esta razón subrayo la importancia de saber que es la Libertad interior o Vital y cómo conseguirla.
 
WABISABI PARA LA VIDA COTIDIANA de Nobuo Suzuki es otro de los libros que me ha hecho reflexionar, porque saber que hay una cultura sabia, como la japonesa, que avala la belleza de lo imperfecto, me anima a superar que sentirme tantas veces imperfecta tiene sentido.
 
TIME MINDFULNESS y MONEY MINDFULNESS de Cristina Benito, son dos libros que me han cambiado la visión sobre cómo enfocar el tema del dinero, que ahora más que nunca, es uno de los temas que preocupa a más de uno, y el del tiempo, que pasa como si nada, y aunque tengamos clara la teoría de que lo urgente no debe pasar por delante de lo importante, aplicarlo es otro cantar. Dos libros cortos pero intensos que te ayudan con dos temas vitales hoy y siempre.
 
RECONECTA CON TU CUERPO de Anna Sólyom ha sido una guía imprescindible para entender las llamadas de mi cuerpo y cómo encontrar sentido a esos avisos para poder actuar acorde a mis emociones y hacer lo que mi cuerpo necesita para sentirme mejor.
 
Y el último libro que os recomendaría, si sois de los pocos que todavía no lo habéis leído, es nuestro bestseller internacional, ya convertido en un clásico, que es IKIGAI, de Francesc Miralles y Héctor García, porque encontrar el verdadero sentido a esta vida hoy es más importante que nunca, ya que la mayoría de las veces que nos levantamos, y aun más en esta situación actual muchos nos preguntamos ¿para qué? Encontrar un motivo por el que levantarse cada mañana ya es suficiente para querer seguir el camino de la vida, aunque haya varias piedras que sortear en el camino.

Uno de mis libros preferidos es LA HISTORIA INTERMINABLE de Michael Ende. Atreyu intentaba salvar la fantasía y esa idea me encantó. ¿Qué haríamos sin fantasía? Lo mismo ocurriría si no tuviéramos imaginación. La imaginación es poder. Una de las cosas buenas de ser pequeño es que no ponemos barreras a lo que imaginamos, y a veces, incluso creemos firmemente en lo que nuestra imaginación nos susurra. Es verdad que dejar volar la imaginación es sentirse libre y por eso mismo, creo que cuando nos vamos haciendo mayores nosotros mismos nos ponemos límites, impidiendo que esa imaginación trabaje y casi sin darnos cuenta, la eliminamos. La razón pasa a ser la que coje las riendas de nuestro día a día y no deja espacio a los sueños, ni a todo aquello que, de llegarlo a imaginar, podríamos hacerlo posible, porque nada ni nadie debería pararnos en este sentido. 

Por esta razón, el nuevo libro ilustrado de Ana Alcolea, titulado SERES FANTÁSTICOS y publicado por el Grupo Anaya nos acerca a esos seres que de pequeños nos acompañaban en historias, películas, o en nuestra imaginación y con los que descubríamos mundos fantásticos. Desde las ninfas y los gnomos hasta Frankestein, el Yeti o Dracula, todos estos seres mágicos están presentes en este libro dónde Ana nos explica quiénes son, a qué jugaban, qué hacían y qué cosas les gustaban. ¿No os parece divertido compartir esta lectura con los más peques de la casa recordando a estos personajes que, algunos nos causaban terror, otros ternura y algunos quizás ni los conocíamos, y que ahora podemos descubrir juntos? Es un libro ideal para regalar estas Navidades y poder descubrir en familia que los seres fantásticos nunca mueren, porque los que no dejamos de imaginar, les alimentamos. Por lo tanto, animemos a nuestros hijos a que sueñen, a que vivan historias interminables y fantásticas, para que como en el libro de Ende, estos seres mágicos no dejen nunca de respirar.

Desde que empecé a trabajar en el mundo editorial, pronto hará 30 años, y se dice rápido, he estado en constante aprendizaje. Mi oficio es uno de aquellos en los que nunca llegarás a saber hacerlo todo porque siempre se pueden aprender cosas nuevas y nuevas maneras para hacerlas mejor. Por esa razón es tan interesante. Sin embargo, al mismo tiempo, es un oficio que requiere un nivel de exigencia tan bestia, que es necesario tener un carácter muy especial para poder equilibrar la balanza de la vida. Es curioso, porque poder trabajar en lo que a uno más le apasiona, creo que es ser muy afortunado, y aún lo eres más si trabajas en algo tuyo, pero la realidad es que llevas una mochila tan grande encima de tus hombros que saber gestionarla es una de las tareas más complicadas a las que debo afrontarme en mi día a día. Hay tantas cosas que debes aprender y asimilar; como saber parar a tiempo cuando te estás desbordando, analizar cada paso fríamente sin tomarte las cosas de forma personal, y finalmente, acabar aceptando que no eres perfecto, que puedes equivocarte, y que no puedes gustar a todo el mundo. Este trabajo interior, difícil, pero bonito, es el que casi todos debemos aprender en nuestras vidas, tan aceleradas y estresantes.

En este largo camino, del que creo que estoy ya más allá de la mitad, muchos de mis autores me han ayudado a poner consciencia a algunas de las cosas que la recomendación de hoy explica. Lo han hecho a través de sus libros y de nuestras conversaciones acompañadas por un café, grandes momentos que antes veía como rutinarios y ahora me parecen extraordinarios. Así que leer el nuevo libro de Nobuo Suzuki, WABI SABI PARA LA VIDA COTIDIANA, que ha publicado Obelisco, ha sido un espejo para verme a mí misma, dado que la filosofía del Wabi Sabi reúne tres características de la naturaleza:

Nada es perfecto. Esto cada vez lo tengo más claro, y añado: nada ni nadie.

Nada está terminado (siempre estamos creciendo). Lo he dicho al principio de este blog, la vida es siempre un constante crecimiento y aprendizaje.   

Nada es para siempre (La naturaleza efímera de las cosas y las personas es lo que les confiere valor). Esta última es la que más me cuesta asimilar, pero es cierta, y aunque hay cosas que querrías que fueran eternas, no lo son.

Esta es filosofía mostrada en este libro y puede revolucionar nuestra vida en todas las áreas, haciéndonos más sensibles a la belleza y ayudándonos a ser más creativos. En resumen, más humanos y felices, que es, para mí, el objetivo principal del porqué estamos aquí. La belleza de la imperfección, que es lo que significa Wabi Sabi en japonés, es una forma auténtica, personal y conectada a la naturaleza de cuidarnos, recuperar la armonía interior y crecer. En estos tiempos convulsos que estamos viviendo, cualquier libro como éste es un soplo de aire fresco, y para mí ha sido una lección para poder mantenerme en pie con esta pesada mochila que llevo en los hombros, y lo que es mejor, he aprendido a caer y a saber levantarme, con las cicatrices que esto comporta. Pero una taza con una rotura sigue siendo bella. Así que seguimos adelante.

Este blog es especial, debido a que hoy sólo quiero dar las gracias a todos los que habéis participado en nuestra campaña solidaria LA LITERATURA ALIMENTA. Nos pusimos un reto, que era recaudar 3000 euros, para el Banco de Alimentos, que debido a la situación provocada por el covid19 está desbordado de familias que acuden a ellos para pedir ayuda. Familias que, antes de la pandemia, ya la necesitaban y esta gran crisis sanitaria y económica nos está demostrando que siempre pagan los mismos, o al menos empiezan pagando los mismos, que son los de abajo. Los currantes, los que no se nos caen los anillos para nada y luchamos para seguir adelante.

Por eso tiene mucho sentido hacer esta campaña cada año, ya hace siete años que la empezamos, ya que siempre hay personas que necesitan apoyo, y nuestro único objetivo fue y ha sido siempre AYUDAR a quien más lo necesita. Pensé que un colectivo grande como el literario podría hacerlo, que una vez al año podríamos pensar en los demás, sólo faltaba que alguien lo organizara y me lancé a la piscina. Es verdad que cuando empiezas una campaña solidaria tienes que dedicarle mucho tiempo, son horas y son momentos incomodos de pedir a la gente que participe, que ayude, que se rasque el bolsillo, y eso no es fácil. Mi equipo de SB y yo hemos invertido mucho tiempo para llegar al objetivo, pero ha valido la pena. La satisfacción de saber que este dinero podrá dar un poco de luz a familias que están sufriendo, para mí tiene un valor que no puedo expresar con palabras. Hay gente que hasta me ha preguntado que gano yo con esto, y no se creen que lo que gano es sólo sentirme bien conmigo misma y la satisfacción de poder ayudar a los demás.

Este fin de semana ha sido mágico, las reacciones de amigos para ayudar a la causa han sido extraordinarias, y aunque estábamos bastante lejos del reto en un día conseguimos completarlo. La cadena de buenas personas se puso en marcha y con un poco de todos, hicimos mucho. Y así es como yo entiendo la vida. Cada vez quiero estar más cerca de aquellos que la entiendan como yo, y me he dado cuenta de que he elegido bien a las personas que me rodean. Ayudándonos podemos conseguirlo todo, porque la unión hace la fuerza. A la mayoría nos puede parecer fácil ayudar, pero si lo pensamos bien, cuesta más de lo que uno cree. Y aunque nos ponemos la medalla de que somos muy solidarios, de que pensamos mucho en los demás, dar el paso firme, coger el toro por los cuernos y arremangarse, cuesta. Por suerte siempre hay motores de energía positiva, de la de verdad, que hacen que las cosas buenas sean posibles y por eso, agradezco mucho a todos los que después de mis mensajes habéis querido ayudarme a lograrlo, . Gracias a todos vosotros, con este reto común, muchos niños tendrán un plato caliente en la mesa este mes de noviembre y diciembre. ¿Y Hay algo más importante que eso? Pues sí, lo hay, y es que todo el mundo pudiera tenerlo siempre, por eso no me rindo, y seguiré alimentando esta campaña cada año con más fuerza.

Y un último apunte para los más despistados: el reto termina este 15 de noviembre y aunque ya esté superado, todavía podemos hacer subir el marcador, cuanto más recaudemos, más ayudaremos.

Gracias, gracias y gracias por esta cadena maravillosa de personas que este fin de semana se ha formado pudiendo hacer de este pequeño reto una realidad. Vuestra respuesta me dejó atónita, me hizo llorar de emoción y terminé el día con una sensación de ilusión y paz inexplicable. 

Así que mire comendación de hoy es entrar en www.granodearena.org/laliteraturalaimenta y hacer las últimas donaciones para estas familias. A cambio recibiréis nuestro ebook “El hogar de las emociones”, con nueve relatos que nueve de nuestros autores nos cedieron para la causa y nos explican nueve emociones que no dejan de ser valores para poder ser en la vida lo mejor que se puede ser, y lo que mis padres me enseñaron siempre, UNA BUENA PERSONA.

GRACIAS.

Si os preguntara si Robin Hood era un ladrón, casi todos contestaríais que sí, puesto que lo era, pero si fuera un poco más allá y os preguntara si Robin Hood era malo, creo que ahí habría diversidad de opiniones, dado que él robaba a los ricos para dar a los pobres, y al final, nos lo han pintado como un buen tipo, un cara dura y granuja pero un tipo de buen corazón. A pesar de que todos sabemos que no se debe robar, porque el fin no justifica los medios, cuando leí la novela de Sebastià Bennasar, EL REI DE LA CERDANYA, publicada Capital Books, su protagonista, Martí Cots, que existe y no es un personaje de ficción, me recordó un poco a ese Robin Hood en su versión más bestia. Martí, llamado el Rambo de la Cerdaña, ha causado fuertes estragos entre la policía durante casi tres décadas. Ha entrado y salido de prisión varias veces por pequeños delitos para defender de intrusos externos, lo que él siempre a nombrado su reino, La Cerdaña. Una vez más la realidad supera la ficción y este personaje que parece salido de una película, existe, y ha conseguido ser visto por la policía como uno de los fugitivos más difíciles de capturar, capaz de vivir en la intemperie, superando las bajas temperaturas de la zona, esconderse en las montañas más inhóspitas de los Pirineos y con la única finalidad de defender un territorio. ¿Héroe o villano? Que cada uno lo defina según crea más conveniente.