NO BUSQUES A TU MEDIA NARANJA
La existencia de una media naranja que se ha de encontrar con la ayuda de la suerte no es más que un tópico. Nuestras medias naranjas se multiplican por el número de etapas que pasamos en la vida; los condicionantes familiares y culturales que determinan un patrón de hombre, o aquel que concebimos como ideal en nuestra primera juventud, no deben marcar nuestra elección: En la base de todas las relaciones humanas está el eterno lema «conócete a ti mismo”. Y a ello nos ayuda este libro, invitándonos a reflexionar sobre nosotras mismas y sobre diferentes “modelos de hombre”. A partir de aquí, hemos de comenzar a asumir riesgos, con el corazón y la razón actuando al unísono, pero teniendo muy en cuenta que el “nosotros” se construye con un “tú” y “yo”, dos individuales definidas que deben complementarse sin renunciar a su propio ser.